—¡Pero qué hijo de puta! —Dante se exasperó
—Por favor, vulgaridades de esa calaña en mi negocio, no, ¿eh? Si querés, podés decir “anda a tomar por culo” o “gilipollas”, insultos dignos de las ediciones de Anagrama, pero esas barrabasadas sí que no.
Ariel Idez. La última de César Aira. Buenos Aires: Pánico El Pánico, 2012. p. 27.